Hay muchos hombres de campo, que día a día, con su esfuerzo y dedicación apuestan a trabajar su tierra y producir su uva para lograr mantener ese orgullo mendocino que hace de nuestra tierra, un reconocido lugar en todo el mundo. Por estos productores, trabajadores rurales, elaboradores, comercializadores y cada uno de los eslabones que forman parte de la cadena vitivinícola, Mendoza ha logrado tener alternativas de trabajo rural, desarrollo local y un turismo permanente que se potencia día a día.


Esta semana, el clima castigó una vez más a nuestros productores, quienes a pesar de buscar todas las formas para cuidar sus plantas y salvar así su sustento de todo el año, no pudieron evitar que las crudas temperaturas arrasaran con gran parte de su producción. Luego de recorrer distintos puntos de nuestros oasis, hemos podido comprobar el gran flagelo que nuestros pequeños productores han sufrido.


El problema no termina ahí, pues ya sabemos que esta es una más de las adversidades que viene sufriendo los productores porque es necesario tener en cuenta que hasta la próxima cosecha quedan por superar las otras plagas que azotan como la lobesia, la peronóspera, la pudrición, la sequía extrema, el granizo, falta de mano de obra, inflación, etc. Sí, nuestra vitivinicultura no deja de padecer y lo seguirá haciendo. Y aquí es donde surge esa gran pregunta a responder.


¿QUÉ HACEMOS?


La respuesta no es tan compleja. Se deben tomar medidas, buscar soluciones a corto plazo y de manera urgente, como lo manifestamos la mañana del 1 de noviembre por varios medios periodísticos y ante las autoridades.


Actuar rápido, declarar tanto provincial como nacional el Estado de Emergencia Agropecuaria con todos los efectos que ello conlleva (eximición de pagar impuesto tanto provinciales como nacionales, eximición de cánones de riego, bonificación en el costo de energía eléctrica, prorroga en el pago cuotas correspondientes a créditos, etc).


En segundo lugar, es indispensable buscar ayuda económica a los productores afectados, pues la tierra no descansa, la producción exige trabajo permanente; el productor al día siguiente ya necesita cuidar o recuperar la planta, porque el productor lo que sabe hacer es PRODUCIR y si encuentra medios no va a dudar en seguir apostando. La ayuda económica debe ser RÁPIDA. Es indispensables trabajar en subsidios, en líneas de créditos blandos con plazos de gracia acordes a los procesos productivos, que permitan a los productores hacer frente a sus necesidades más urgentes .


En este contexto, es necesario también lograr medidas que bajen los costos laborales pues hay que sostener la fuente de trabajo y sin cosecha o en el mejor de los casos con muy poca eso se hace prácticamente imposible. Necesitamos de medidas especiales para esos contratistas de viña que han visto en horas perder todos sus ingresos de un año de trabajo.


Hay mucho por hacer, la cuestión está en tener la voluntad de hacerlo. El productor necesita que todos los organismos públicos, que las entidades y asociaciones representativas de nuestra vitivinicultura acuerden y actúen en pos de resolver la difícil realidad, dejando los egos y las diferencias para encontrar respuestas.

Por eso, desde nuestra Asociación solicitamos intempestivamente a las autoridades nacionales, provinciales y municipales que actúen con la prontitud y coherencia que la situación de emergencia amerita; no dejando de ponernos a disposición para todo lo que haga falta para encontrar prontas y efectivas soluciones.

Eduardo Córdoba
Presidente

Asociación Viñateros de Mendoza